martes, enero 08, 2008

CLAUDIA GILMAN (Encuesta al ensayo crítico)

Claudia Gilman nació en Buenos Aires en 1961. Es docente de Literatura del Siglo XX en la Universidad de Buenos Aires e investigadora del CONICET. Realizó estudios de posgrado en Ciencias del Lenguaje en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París y se doctoró en la Universidad de Buenos Aires.
Integró la cátedra de Literatura Argentina que dirige Beatriz Sarlo y fue becaria del CONICET y de la UBA. Ha publicado numerosos artículos sobre literatura argentina y latinoamericana. En 1993 publicó la novela Preciosas Cautivas (en colaboración con Graciela Montaldo) y continúa escribiendo ficción y poesía. En sus investigaciones ha centrado su interés en la relación entre política y literatura, en general, en la historia del pensamiento de izquierdas y, en particular, en la indagación tanto histórica como conceptual del objeto “intelectuales”.
Su último trabajo Entre la pluma y el fusil. Debates y dilemas del escritor revolucionario en América Latina (Siglo XXI, 2003) explora los modos en que muchos de los escritores/intelectuales latinoamericanos de los años sesenta y setenta del siglo XX procuraron combinar una práctica específica –la de la literatura- con una labor de esclarecimiento y propaganda que buscaba persuadir de la necesidad de la revolución. La Revolución Cubana (que obró como un acelerador y se convirtió en la referencia privilegiada de quienes creían que la hora del gran cambio había llegado), la resistencia peronista (que impulsó todo un movimiento intelectual que acompañó a la lucha de guerrillas), el Cordobazo (que dejó entrever la posibilidad manifiesta del cambio) funcionan como contexto a una voluntad de transformación que constituyó, para los intelectuales latinoamericanos, una invitación a actuar para apresurar el curso de la historia, impulsando debates y posicionamientos políticos que hacían coincidir la cuestión del compromiso literario con el imperativo militante de la “liberación de sus pueblos".


¿Qué entiende por “ensayo crítico” y qué lugar ocupa éste en su práctica escritural?
Tiendo a pensar que un ensayo crítico es una producción que pretende huir del lugar común, de la mera interpretación sin datos que lo avalen o marcos de análisis que lo funden. No siempre el ensayo crítico dice una “verdad” (ahí está el Facundo para probarlo) pero sin embargo la verdad es su vocación o debería serla. Es el tipo de trabajos que me gustaría suponer que escribo y lo que me gustaría seguir escribiendo.

¿Cuáles considera son las ventajas y desventajas de la práctica del ensayo crítico?
Las mismas que cualquier género en particular: la mediocridad, la falta de relevancia, la insignificancia, la ausencia de estilo, etc. etc.

¿Cuál considera es capacidad/posibilidad de intervención política del ensayo crítico?

Creo que depende enormemente de su circulación y por lo tanto, aun en épocas donde domina la industria cultural y la lógica del mercado y la publicidad, en muchos casos los ensayos que tienden a circular con persistencia en el tiempo conforman un cuerpo de ideas que se torna relativamente pervasivo y persuasivo. De allí a pensar que eso signifique una intervención directamente política hay una enorme distancia.

¿Qué líneas de la tradición del ensayo crítico nacional considera relevantes y por qué?

Por lo dicho previamente sobre los valores del ensayo, considero que son relevantes las que apuntan a grandes objetos y por lo tanto se muestran ambiciosas, las que intentan sortear las barreras del lector especializado para tornarse interesantes para públicos más amplios, las que se desprenden de la jerga y rechazan la endogamia profesional y fundamentalmente, las que aportan ideas y establecen marcos de análisis y relaciones entre objetos no pensadas previamente y que por esa razón, producen “pensamiento” o son obra de un pensamiento. Creo que en ese sentido Martínez Estrada ha sido el mejor ensayista argentino.

¿Qué relación considera guarda el ensayo crítico con el trabajo crítico académico?

A mi juicio, hoy en día, prácticamente ninguna.

¿Qué instancias culturales considera prioritarias como eje de su trabajo crítico?

No podría afirmar que son las instancias culturales las que fijan las prioridades de lo que más aprecio en el ensayo crítico. Lo único que me preocupa es la relevancia del objeto y en especial, los cruces entre distintas instancias.

¿Cuál cree que son las relaciones entre ensayo crítico y el mercado editorial?
Las peores.

¿Cuáles son sus lineamientos de trabajo a la hora de encarar el ensayo crítico?
En primer lugar, un trabajo muy serio de investigación que me garantice que no voy a descubrir la pólvora en el año 2004 y mucha pero mucha lectura previa.

¿Qué ensayistas contemporáneos considera relevantes y por qué?
Me interesan todas las versiones de De Sarmiento a Cortázar de David Viñas, de Beatriz Sarlo sus trabajos El imperio de los sentimientos, La modernidad periférica y La imaginación técnica, los trabajos de Carlos Altamirano, Oscar Terán, Noé Jitrik (Las armas y las razones por ejemplo), de Eduardo Grüner, los breves pero luminosos trabajos de Ricardo Piglia, para nombrar unos pocos. Las razones por las que me parecen relevantes es porque creo sinceramente que son relevantes.

¿Qué perspectivas ve para la continuidad del ensayo crítico en las nuevas generaciones de escritores?
Tengo la sospecha de que las nuevas generaciones vienen incursionando más firmemente en las áreas académicas por efecto de la devaluación de los títulos de grado y la necesidad de acceder a los doctorados. En este sentido, muchos trabajos (naturalmente, no los conozco todos) tienden a ser objetos sumamente especializados, para lectura de especialistas, si acaso encuentran algún lector. Y aunque parezca una opinión excesivamente conservadora, estimo que para producir ensayos realmente valiosos hace falta contar con una vasta cultura que no es precisamente lo que se promueve en las facultades. Dada esa falencia, se puede prever que tal vez esas nuevas generaciones realicen sus mejores trabajos en la madurez.

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